Para lacar puertas, es importante preparar adecuadamente la superficie para lograr un acabado duradero y uniforme. Esto incluye limpiar a fondo la puerta, lijarla para eliminar cualquier capa anterior y reparar grietas o imperfecciones. Es recomendable aplicar una imprimación antes de lacar, lo que permite que la pintura se adhiera mejor y proporciona un resultado más profesional. El uso de un rodillo de espuma o una pistola de pintura puede ayudar a obtener un acabado liso y sin marcas.