La pintura para interiores está diseñada para ofrecer durabilidad y un acabado estético en espacios internos. Las opciones comunes incluyen:
- Pintura acrílica y látex: de fácil aplicación y secado rápido, ideal para paredes y techos.
- Pintura vinílica: lavable y de gran resistencia, adecuada para áreas con mucho uso.
- Pintura antihumedad: perfecta para espacios húmedos, como baños o sótanos.
- Pintura mate, satinada o brillante: el acabado afecta la reflectividad y facilidad de limpieza, siendo la mate más usada en habitaciones y la brillante en zonas con humedad.
Cada tipo aporta ventajas específicas según el entorno y uso.